martes, 19 de agosto de 2008

Los hombres somos de marte y la mujeres no

Qué hace uno cuando conversa


Mucho tiempo atrás, algo así como 8 años, iba en el auto bajando por la calle pedro de valdivia de Santiago (el vínculo hace mérito a quién dio origen a su bautizo y no a la calle obviamente) y la conversación con mi novia se basaba en el estilo de conversación entre hombres-hombres y mujeres-mujeres.
El análisis era muy sencillo, claro hablamos de mucho tiempo atrás, los hombres discuten y las mujeres comparten.
En la conversación H-H hay ideas en constante cuestionamiento que, o son reforzadas por la contraparte o disminuidas a tal punto que se hace necesario buscar otra idea que controle la conversación. Generalmente las conversaciones comienzan planteando un hecho ocurrido que permite iniciar una discusión que se fundamente en el conocimiento que cada uno de los interlocutores tiene sobre la materia. La conversación es incipientemente demostracional, donde cada uno, eventualmente, intenta demostrar al otro que sí conoce sobre el tema.
Claro que puede ocurrir que uno no conozca sobre el tema, en ese caso el escuchante se atiene a captar la información para almacenarla luego de un sutil proceso de filtrado, donde evaluamos si esta información será válida para un futuro encuentro.
Creo que hay un poco de miedo y de necesidad de protección en el planteamiento de la conversación H-H, no quedar al descubierto y bajo ninguna circunstancia quedar como un desconocedor repetidamente. Si esto llegase a ocurrir, probablemente la frecuencia de conversaciones entre estos primeros H-H tendería a cero y H1 buscaría a algún H3 para seguir discutiendo.
Las mujeres por otra parte entablan conversaciones que no tienen fundamento en el conocimiento (práctico, teórico o trivial), generalmente sus conversaciones tienen fundamento en el sentimiento. Claro no estoy diciendo nada raro y no me siento en ningún caso como desvelando un gran secreto!!!.
Las mujeres inician las conversaciones, al igual que los hombres, planteando un hecho que permite describir situaciones y al mismo tiempo, apersonarse en alguno de los protagonistas para evaluar la situación desde puntos de vista emocionales como proyectándose en el protagonista.
Es como si la mujer requiriera vivir mucho, requiriera experimentar emociones y por lo tanto se va proyectando y compartiendo su sentir con su contraparte. Su contraparte no cuestiona el hecho, sólo el resultado. Quiero decir que lo cuestionado es la emoción sentida, no el hecho de ponerse en el lugar del/la protagonista del hecho.
No hay cuestionamiento ni validación de los conversantes, hay aceptación y apoyo. La mujer no tiene miedo de ser.
Bueno, eso pasó hace ocho años, así de sencillo y condimentado un poco con los eventos que me han ocurrido desde ese momento hasta este.
Pero hace poco tiempo, en una conversación poco trascendente, intenté evaluar cuál es el eje de las conversación H-M o M-H. La conclusión llegó rápidamente a mi cabeza. Claro, para no entrar en calles de las que no pueda salir, me referiré exclusivamente a interlocutores no ligados sanguíneamente ni a conversaciones necesarias para la subsistencia, donde no me atrevo a entrar en este momento sólo por precaución.
El leitmotiv de las conversaciones mixtas es el sexo, no puede ser otro elemento el que consiga mantener la atención entre dos personajes tan distintos en su esencia. Esto plantea la necesidad de tener un cuidado extremo en esas conversaciones y al mismo tiempo un elemento que puede ser la mejor herramienta para controlarlas.
Ciertamente el conocimiento del modelo de operación de los sistemas permite su control, eso es lo que hemos aprendido desde que a partir del método científico. De esta manera cuando comprendamos el modelo de operación de las relaciones entre personas, podremos controlar sus respuestas y dirigir sus comportamientos.
Lo importante es hacerlo siempre con un sentido que en su fin más profundo sea avalado por nuestra intuición.

jueves, 7 de agosto de 2008

Libre albedrío

Esta entrada habla de mi libre albedrío, eso que según está escrito y recontraescrito en muchas fuentes, es mi absoluta libertad para tomar decisiones frente a escenarios donde los existen.
Bueno, no me quiero enrollar yo, si quieren se enrollan ustedes con una lectura más larga y es la que se presenta en wikipedia.

La verdad es que somos seres humanos, somos parte del reino animal y las leyes que aplican en este reino nos aplican a nosotros, y me refiero a la regla del reflejo condicionado desarrollada por Pavlov en el 1890....toca la campanita y el perro saliva....

Yo lo he probado, tengo un perro que le gusta salir a pasear, y cuando tomo la correa, nada más el se entera.....se vuelve loco y empieza a correr por todos lados. Tanto es así, que a veces desisto de sacarlo a pasear porque está muy angustiado el pobre can.

En línea con esto, un día estaba en la oficina de mi jefe y entró un compañero, lo miré y pensé, la verdad es que se lo dije pero para la explicación da lo mismo....

"Oye, te das cuenta que yo nunca decidí reunirme contigo en este trabajo y sin embargo estás afectando mi vida?"........

Claro, me la afectó, y no digo que positiva ni negativamente, constato el hecho, hay pensamientos en mi que han surgido sólo porque en algún momento nos comenzamos a relacionar. La siguiente pregunta que ya me hacía internamente era la siguiente:

Si soy lo que soy por la historia que tengo, historia que yo no he decidido por lo demás, y considerando el cúmulo de condicionamientos que tengo a nivel casi subconsciente, qué posibilidad real tengo de decidir cómo afectan mi vida las personas y eventos que me van sucediendo?

Qué posibilidad real tengo yo realmente de tomar decisiones?. El tipo que nace y se cría en un entorno conflictivo, que su padre le maltrata y su madre es alcohólica, qué posibilidad real tiene de decidir si le pega a su mujer o no cuando llega borracho a su casa?

Existe el libre albedrío o es un invento de la iglesia para justificar todo el rollo del infierno?, porque la verdad es que si yo fuera capaz de decidir entre un camino u otro, termino siendo responsable de las consecuencias pero si no soy capaz de hacerlo soy libre!!!. Sin libre albedrío no hay infierno, por lo tanto no hay pecado, por lo tanto no hay iglesia.

Yo dejo el tema abierto porque sé que es complejo, pero varias veces me he preguntado si pude haber tomado una decisión distinta a la que he tomado en ciertas ocasiones. Por que lo que es cierto es que sí decido, osea....no tener libre albedrío no es ser un robot, es algo diferente.

El libre albedrío es una trampa que nos puso Dios para hacernos creer que estamos tomando decisiones, cuando en realidad las está tomando él.

Otro día más.

Besos.