jueves, 7 de agosto de 2008

Libre albedrío

Esta entrada habla de mi libre albedrío, eso que según está escrito y recontraescrito en muchas fuentes, es mi absoluta libertad para tomar decisiones frente a escenarios donde los existen.
Bueno, no me quiero enrollar yo, si quieren se enrollan ustedes con una lectura más larga y es la que se presenta en wikipedia.

La verdad es que somos seres humanos, somos parte del reino animal y las leyes que aplican en este reino nos aplican a nosotros, y me refiero a la regla del reflejo condicionado desarrollada por Pavlov en el 1890....toca la campanita y el perro saliva....

Yo lo he probado, tengo un perro que le gusta salir a pasear, y cuando tomo la correa, nada más el se entera.....se vuelve loco y empieza a correr por todos lados. Tanto es así, que a veces desisto de sacarlo a pasear porque está muy angustiado el pobre can.

En línea con esto, un día estaba en la oficina de mi jefe y entró un compañero, lo miré y pensé, la verdad es que se lo dije pero para la explicación da lo mismo....

"Oye, te das cuenta que yo nunca decidí reunirme contigo en este trabajo y sin embargo estás afectando mi vida?"........

Claro, me la afectó, y no digo que positiva ni negativamente, constato el hecho, hay pensamientos en mi que han surgido sólo porque en algún momento nos comenzamos a relacionar. La siguiente pregunta que ya me hacía internamente era la siguiente:

Si soy lo que soy por la historia que tengo, historia que yo no he decidido por lo demás, y considerando el cúmulo de condicionamientos que tengo a nivel casi subconsciente, qué posibilidad real tengo de decidir cómo afectan mi vida las personas y eventos que me van sucediendo?

Qué posibilidad real tengo yo realmente de tomar decisiones?. El tipo que nace y se cría en un entorno conflictivo, que su padre le maltrata y su madre es alcohólica, qué posibilidad real tiene de decidir si le pega a su mujer o no cuando llega borracho a su casa?

Existe el libre albedrío o es un invento de la iglesia para justificar todo el rollo del infierno?, porque la verdad es que si yo fuera capaz de decidir entre un camino u otro, termino siendo responsable de las consecuencias pero si no soy capaz de hacerlo soy libre!!!. Sin libre albedrío no hay infierno, por lo tanto no hay pecado, por lo tanto no hay iglesia.

Yo dejo el tema abierto porque sé que es complejo, pero varias veces me he preguntado si pude haber tomado una decisión distinta a la que he tomado en ciertas ocasiones. Por que lo que es cierto es que sí decido, osea....no tener libre albedrío no es ser un robot, es algo diferente.

El libre albedrío es una trampa que nos puso Dios para hacernos creer que estamos tomando decisiones, cuando en realidad las está tomando él.

Otro día más.

Besos.

1 comentario:

Unknown dijo...

Mi querido amigo, se me hizo un cúmulo de momentos, estares, sensaciones y pensamientos todo lo que ibas escribiendo. Me da la sensación de que estás bien revuelto en la vida, o de que yo necesito orden en este momento, no se.
Quiero comentarte entonces por parte; por ahí haces referencia a Pavlov para introducir el tema, pero en eso debes saber que ese tipo de condicionamiento se lo asocia exclusivamente a respuestas fisiológicas, que pueden ser de placer o displacer. Por qué hago esa mención, tiene que ver con una película, "La Naranja mecánica", en donde Kubrik (el director) hace una crítica al modelo conductual de boom en esa época (es una película del año 65 más o menos) y donde muestra precisamente que a él le interesa que el ser humano sea quien decida su vida y no quede "preso" por los condicionamientos. Bueno, al final el tipo (protagonista ) se vuelve a hacer malo nuevamente.
Luego hacías mención a ese evento que te ocurrió con un compañero de trabajo. Ahí me conecté con Maturana y su biología del conocimiento. Hay un texto que tiene el tipo que se titula "Herencia y Medio Ambiente" y que de una manera muy clara hace sus explicaciones para referirse precisamente a eso que tu dijiste, al cómo las interacciones que tenemos con otros a través del lenguaje nos van a despertar o gatillar ciertas opciones en nuestra conducta, ciertos cambios también que se pueden dar en nuestra estructura biológica. Maturana dice que existe un determinismo estructural y que consiste en forma simple en que nuestra estructura molecular lo único que "sabe" es seguir manteniendose funcional, viva, siendo de este modo autopoyética. La estructura para él no cambia en sí misma, es decir, no cambia esta condición de autopoyésis (a menos que la interacción con un evento externo detenga esa mantención, por lo tanto sobrevenga la muerte), sino que lo que ocurre es que se nos abren posibilidades en esa interacción. Esa interacción sólo puede gatillar cosas, pero cuál vamos a elegir dependerá exclusivamente de si nuestro sistema opta por interacciones que para esa estructura personal, en ese momento determinado, son viables aún con el modelo de autopoyesis. Ahí estaría puesta esa capacidad de decidir que tenemos las personas.
Yo comparto esto absolutamente, me parece que la idea se hace cargo entonces de que no da lo mismo cualquier interacción que uno tenga, que en la vida nuestro devenir histórico nos ha hecho quienes somos y que lo interesante estaría puesto en por qué a una persona determinada le ocurre que se deprime, por ejemplo, y otra no, siendo que viven eventos externos similares. De ahí la importancia del lenguaje, de lo que digamos y de cómo lo digamos, cómo lo social puede cambiar nuestra psicología y nuestra biología también.
Finalemente terminas haciendo alusión (ilusión si quieres) a Dios.
Acá no me queda más que hablarte de lo que yo deseo que fuera esa idea. Yo quiero creer en Dios, me gusta creer en él, pero no ese Dios perteneciente a una Iglesia, algo más relacionado con lo espiritual y trascendental del ser humano, eso de lo que no sabemos mucho aún por creer pies juntillas en la ciencia. Yo creo que no es un engaño de Dios aquello, si no sería algo así como Matrix y el gran arquitecto, en donde estaríamos seguros de vivir una relidad que no es, que no existe, que es una ilusión.
Yo quiero creer en la vida después de la muerte, en el avance hacia otros niveles insospechados, expresados en energías, espíritus o como se lo quiera llamar, en acercarnos cada vez más a la compeltitud y ser cada vez más cercanos a Dios, hasta finalmente ser Dios. Por eso yo pienso que yo soy Dios, que tengo esa potencia en mí, pero no a la manera de los Argentinos (disculpen los congéneres Argentinos por ésta frase), sino a la manera trascendental que te comentaba.
Entonces me tranquiliza creer, pensar y sentir que yo soy el dueño de mi mismo, que tengo las opciones para yo asumirlas de la forma que desee, pero eso si, con absoluto compromiso por la vida y de siempre tender a ser mejor persona, bueno de adentro, de corazón, de espíritu.